viernes, 7 de diciembre de 2007

MULTIMEDIA 10

INVESTIGACIÓN Y ANÁLISIS DE FUENTES DE INFORMACIÓN



Amigo mío.

Antoine De Saint-Exupéry


Amigo mío, tengo tanta necesidad de tu amistad.

Tengo sed de un compañero que respete en mí,

por encima de los litigios de la razón,

el peregrino de aquel fuego.

A veces tengo necesidad de gustar por adelantado el calor prometido,

y descansar, más allá de mí mismo,

en esa cita que será la nuestra.

Hallo la paz.

Más allá de mis palabras torpes,

más allá de los razonamientos que me pueden engañar,

tú consideras en mí, simplemente al Hombre,

tú honras en mí al embajador de creencias, de costumbres,

de amores particulares.

Si difiero de ti, lejos de menoscabarte te engrandezco.

Me interrogas como se interroga al viajero,

Yo, que como todos, experimento la necesidad de ser reconocido,

me siento puro en ti y voy hacia ti.

Tengo necesidad de ir allí donde soy puro.

Jamás han sido mis fórmulas ni mis andanzas

las que te informaron acerca de lo que soy,

sino que la aceptación de quien soy te ha hecho

necesariamente indulgente para con esas andanzas y esas fórmulas.

Te estoy agradecido porque me recibes tal como soy.

¿Qué he de hacer con un amigo que me juzga?

Si todavía combato, combatiré un poco por ti.

Tengo necesidad de ti. Tengo necesidad de ayudarte a vivir.



Antoine de Saint-Exupéry nació en Lyon, en 1900. Siendo muy joven participó como aviador en la Primera Guerra Mundial. Después de grandes proezas, cayó con su avión en territorio enemigo y permaneció 4 años prisionero. Acabada la guerra, pasó a ser piloto civil. Tuvo a su cargo el aeropuerto de Juby entre el Atlántico y el Sahara. En vuelos de audacia admirable cruzó varias veces el desierto, salvando la vida de unos aviadores españoles caídos en Río de Oro. Atravesó el Atlántico, el Pacífico, Los Andes, América de norte a sur. El gobierno de Francia lo condecoró públicamente en 1930, tanto por su valor natural como por la elegancia de su heroísmo. En Buenos Aires conoce a su futura esposa, Consuelo, a la cual le propone matrimonio mientras sobrevuelan la ciudad. Al desatarse el conflicto bélico de la Segunda Guerra Mundial, exige que se le acepte como piloto de guerra a pesar de ser mayor de edad.Muere este hombre formidable el 31 de julio de 1944 con grados de comandante, en una misión de reconocimiento. Fue localizado su avión recientemente en un lugar cercano a donde hace 2 años un pescador encontró un anillo con el nombre de su esposa.


Antoine de Saint-Exupéry fue un hombre plenamente entregado a su época, consciente de cuánto necesitaba de él su Francia querida. Su espiritualidad lo llevó a un compromiso muy claro con su patria sin perder su gran profundidad y la dureza de la época no oscureció su esperanza ni su confianza en una humanidad mejor. Para nuestra juventud, para toda nuestra cuba del nuevo milenio de la era cristiana, la lectura de los libros de este hombre universal y el sólido testimonio de su vida son un llamado al respeto por el hombre y su dignidad. También él creyó en el mejoramiento humano.


La forma como el autor trata los afectos, la amistad y especialmente el amor me perecen de una profundidad maravillosa en los tiempos en que nuestra sociedad se desenvuelve, encontrarme que hay seres que sienten que el amor, en su máxima expresión, es la energía creadora que mueve al ser humano me produjo una sensación de felicidad , todos necesitamos ser amados, pero lo mágico que se produce en nosotros cuando somos los primeros en amar trasciende toda experiencia humana.

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